Carlos Álvarez El incansable

Su rostro refleja la experiencia de todo un luchador, los rastros de los duros combates que ha afrontado, pero sobre todo la entrega y la disciplina. A sus 46 años de edad, Carlos Alberto Álvarez, uno de los deportistas más destacados de Risaralda en la década de los 80, decidió volver a la colchoneta y ponerse la trusa.

Carlos, nacido en Santa Rosa de Cabal, la tierra famosa del chorizo, es profesor en la Institución Educativa Lorencita Villegas. Allí se ha convertido en todo un ejemplo para sus estudiantes quienes ven en él un hombre consagrado a su deporte.

La docencia, la música y la lucha han sido sus pasiones. También le encanta escribir poemas. A los 24 años de edad, en pleno furor de su carrera y por falta de más apoyo, decidió retirarse de manera parcial de la lucha olímpica con 18 títulos nacionales, dos medallas de oro panamericanas y una de plata bolivariana, además de 5 preseas doradas en Juegos Nacionales, invicto y siendo el atleta más laureado de Risaralda, según reseña el libro ‘Protagonistas del Deporte Risaraldense’.

Una lucha constante

Hace dos años retornó bajo un objetivo: ser medallista de oro en los Juegos Nacionales 2015. “Al principio todo el mundo decía que estaba loco, que se me ‘corrió una teja’ pero ya me están comenzando a dar la razón. Estoy haciendo el camino, es difícil, pero para mi no porque tengo mucha disciplina y lo que me propongo, lo hago”, dice Carlos Alberto.

El regreso no ha sido fácil. Hay nuevo reglamento, competidores de más talla y un alto nivel de preparación. “El biotipo de los deportistas es diferente, en nuestra época no éramos musculosos, sino muy rápidos, técnicos, explosivos; hoy en día el luchador se caracteriza por fuerza y eso ha sido uno de los choques que me he encontrado”.

Después de 24 años, volvió a integrar una Selección Colombia de lucha. Lo hizo hace ochos días en el Campeonato Suramericano en Perú donde ganó una medalla de bronce en la división de los 71 kilogramos, modalidad greco. “Ha sido una experiencia muy significativa, fue algo fortuito, no estaba en los planes de nadie”. Los integrantes del equipo, desde el entrenador, hasta sus compañeros, lo recibieron de la mejor manera, acogieron y apoyaron. Le respetaron las ‘canas’, como él mismo dice.

Todos los días se esfuerza al máximo, entrena por más de dos horas, va al gimnasio, fortalece músculos y se mantiene firme en su objetivo de ser medallista en los Juegos Nacionales 2015. Carlos Álvarez es un incansable luchador.